La oxitocina es una de las cuatro hormonas que constituyen las hormonas de la felicidad. Popularmente es conocida como la “hormona del amor” o “la hormona del abrazo”, pero la verdad es que se trata de una molécula fascinante. Su acción se extiende al cerebro y al cuerpo, modulando desde vínculos sociales hasta el apetito, el comportamiento sexual, el parto o la empatía.
¿Qué es la oxitocina?
La oxitocina es un neuropéptido sintetizado en el hipotálamo. Desde allí, es transportada a la neurohipófisis, donde se almacena hasta su liberación al torrente sanguíneo. Dependiendo del lugar de acción, la oxitocina puede funcionar como hormona (a través de la sangre) o como neurotransmisor (entre neuronas).
Una vez liberada, actúa en órganos periféricos como el útero y las glándulas mamarias, pero también ejerce un potente efecto neuromodulador en áreas específicas del cerebro relacionadas con el comportamiento y las emociones.
¿Qué papeles juega la oxitocina en nuestro organismo?
Funciones fisiológicas y vínculos de pareja
Las funciones más conocidas de la oxitocina son su papel en el parto y la lactancia, aunque también está involucrada en los vínculos de pareja y en la reproducción:
- Parto: al final del embarazo, se estimula la liberación de esta hormona, que desencadena y mantiene las contracciones uterinas necesarias para el nacimiento.
- Lactancia: la succión del pezón por el lactante activa reflejos neurales que desencadenan la liberación de oxitocina, la cual provoca la contracción de las células mioepiteliales en las glándulas mamarias, facilitando la salida de la leche.
- Reproducción sexual: tanto en hombres como en mujeres, la oxitocina se libera durante el acto sexual, especialmente, durante el orgasmo, reforzando el placer. Además, se sospecha que en mujeres estimula las contracciones uterinas para favorecer la concepción y en hombres facilita la eyaculación.
- Vínculos de pareja y maternales: Dada la liberación de oxitocina que ocurre durante el orgasmo, además de la motivación sexual para futuras relaciones también se refuerza el apego con la pareja. En estudios con animales como los ratones de la pradera (Microtus ochrogaster), se ha demostrado que la oxitocina es esencial para la monogamia y los lazos de pareja. También refuerza el vínculo maternal. En animales, se ha visto que la administración cerebral de oxitocina induce comportamiento maternal artificial, incluso en hembras vírgenes.

Comportamiento social, empatía y emociones
Como neuromodulador, la oxitocina influye en la empatía, la confianza y las relaciones sociales:
- Favorece la formación de lazos sociales duraderos, como los que se dan entre madre e hijo, amigos o parejas.
- Aumenta la generosidad y la empatía.
- Disminuye el estrés.
- Su administración intranasal ha mostrado efectos positivos en la cooperación y el comportamiento prosocial, aunque persisten dudas sobre su capacidad real de atravesar la barrera hematoencefálica por esta vía.
Otras funciones
Adicionalmente se ha observado que:
- En personas con autismo, existe una deficiencia en los niveles de oxitocina plasmática.
- Una disminución de oxitocina se ha asociado con mayores niveles de cortisol (estrés) y menor regulación emocional.
- La oxitocina interviene en la regulación del apetito y el metabolismo
¿Cómo mantener niveles saludables de oxitocina?
Mantener niveles adecuados de dopamina es clave para una buena salud emocional y social, ya que esta hormona está relacionada con el vínculo afectivo, la confianza, la empatía y la reducción del estrés. Algunas estrategias incluyen:
- Ingerir alimentos ricos en vitamina C. Esta vitamina es considerada cofactor en la producción de oxitocina. La vitamina C suele obtenerse a través de la ingesta de determinadas variedades de verduras y frutas
- Practicar ejercicios como el yoga o la meditación para reducir los niveles de estrés
- Mantener relaciones sociales, positivas y afectivas y en las relaciones más íntimas mantener el contacto físico.