La tiroiditis de Hashimoto es una enfermedad autoinmune y una de las principales causas de hipotiroidismo en el mundo. En este trastorno, el sistema inmunológico ataca por error a la glándula tiroides, afectando su capacidad para producir hormonas esenciales para el metabolismo. A continuación, exploramos en detalle qué es, sus síntomas, su prevalencia y su relación con la genética.
Tiroiditis de Hashimoto, ¿qué es?
La tiroiditis de Hashimoto, también conocida como enfermedad de Hashimoto, es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico genera anticuerpos que atacan a la tiroides. Con el tiempo, esta inflamación provoca un deterioro progresivo de la función tiroidea, lo que puede derivar en hipotiroidismo.
Síntomas de la tiroiditis de Hashimoto
Aunque la inflamación de la tiroides puede presentarse sin síntomas evidentes en las etapas iniciales, con el tiempo puede dar lugar a una disminución en la producción de hormonas tiroideas, afectando múltiples sistemas del cuerpo. Entre los síntomas más comunes se incluyen:
- Fatiga
- Aumento de peso sin cambios en la dieta o ejercicio
- Intolerancia al frío
- Piel seca y cabello quebradizo
- Estreñimiento
- Depresión o cambios en el estado de ánimo
- Hinchazón en el cuello (bocio) debido al agrandamiento de la tiroides
- Dificultad para concentrarse o «niebla mental»
Dado que estos síntomas pueden ser inespecíficos y aparecer de manera gradual, muchas personas pueden tardar en recibir un diagnóstico preciso.
Prevalencia de la enfermedad de Hashimoto
La tiroiditis de Hashimoto es una de las enfermedades autoinmunes más frecuentes. Se estima que afecta entorno al 2% de la población mundial, siendo más común en mujeres que en hombres, con una proporción aproximada de 10:1.
Por lo general, la enfermedad se diagnostica en adultos de mediana edad, aunque puede presentarse en cualquier etapa de la vida, incluidos adolescentes y ancianos.
Genética y otros factores de riesgo
La tiroiditis de Hashimoto tiene un fuerte componente genético estimando una heredabilidad del 70%. Se ha observado que la predisposición a desarrollar la enfermedad está asociada con ciertos genes asociados con el sistema inmunológico.
Entre los genes más relevantes en la susceptibilidad a la tiroiditis de Hashimoto se encuentran PTPN22, un gen clave en la regulación de la respuesta inmune, y STAT4, que participa en la señalización de células del sistema inmunológico. También se ha identificado BACH2, un regulador transcripcional involucrado en el desarrollo de células inmunitarias y en la tolerancia inmunológica. Además, SH2B3 ha sido asociado con diversas enfermedades autoinmunes, incluida la tiroiditis de Hashimoto, debido a su papel en la regulación de la activación linfocitaria.
Si bien la genética juega un papel importante en su desarrollo, existen factores ambientales que pueden contribuir a la aparición del trastorno:
- Deficiencia o exceso de yodo en la dieta
- Infecciones virales o bacterianas que pueden estimular una respuesta inmune anormal
- Estrés crónico, que puede afectar la función del sistema inmunológico
- Exposición a toxinas o radiación
- Antecedentes familiares en enfermedades tiroideas o autoinmunes
Estos factores pueden actuar como desencadenantes especialmente en individuos con predisposición genética, favoreciendo el desarrollo de la enfermedad. Conoce tu predisposición genética con test genéticos como el de ADNTRO.