La pérdida de cabello, conocida médicamente como alopecia, es un problema común que afecta al 40% de la población de más de 35 años. Esta condición puede ser causada por diversos factores, incluyendo la genética, cambios hormonales y condiciones médicas. Afortunadamente, la ciencia médica ha hecho grandes progresos en el desarrollo de tratamientos para combatir la caída del cabello, incluyendo la creación de fármacos antialopécicos como el minoxidil, la finasterida y la dutasteride.
En este artículo, exploraremos la relación entre la genética y los anteriores fármacos antialopécicos. Comprender esta conexión permite seleccionar, de manera personalizada, el tratamiento más adecuado para combatir la caída del cabello acorde a tu perfil genético.
Fármaco antialopécico: Minoxidil
El minoxidil es uno de los tratamientos más populares y efectivos disponibles para combatir la caída del cabello y promover su crecimiento. Sobre todo, en personas menores de 40 años de edad cuya pérdida del cabello es reciente.
El minoxidil es un vasodilatador (ayuda a dilatar los vasos sanguíneos) que originalmente se desarrolló como tratamiento para la hipertensión. Aunque el mecanismo exacto por el cual el minoxidil promueve el crecimiento del cabello no se comprende completamente, se cree que su capacidad para mejorar la circulación sanguínea en el cuero cabelludo ayuda a estimular los folículos pilosos inactivos o debilitados.
Además de mejorar la circulación sanguínea, produce un incremento de una sustancia estimuladora del crecimiento capilar llamada prostaglandina E2, que induce que los folículos pilosos prolonguen su fase de crecimiento (“fase anágena”) y acorten su fase de caída (“fase telógena”) – puedes consultar las fases de crecimiento del pelo en este artículo.
Minoxidil y genética
El gen PTGES2 da lugar a una enzima que sintetiza una sustancia llamada prostaglandina E2, sustancia de nuestro organismo que promueve el crecimiento del cabello. Esta enzima presenta variabilidad individual debido a una variante específica del gen PTGES2 que modifica la actividad de la enzima. Una menor actividad enzimática muestra una mayor respuesta al minoxidil, ya que incrementa la necesidad de aumentar los niveles de prostaglandinas E2.
Fármacos antialopécicos: Finasterida y Dutasteride
El dutasteride y la finasterida son fármacos antialopécicos que actúan sobre una enzima en nuestro cuerpo llamada 5-alfa-reductasa. Esta enzima transforma la testosterona en dihidrotestosterona (DHT), un compuesto que en altas cantidades provoca el adelgazamiento del cabello y la disminución progresiva y miniaturización de los folículos pilosos.
Ambos fármacos pertenecen a una clase de medicamentos llamados inhibidores de la 5-alfa-reductasa, ya que bloquean la función de esta enzima y reducen los niveles de DHT. Al disminuir la producción de DHT, estos medicamentos ayudan a prevenir el adelgazamiento del cabello, la miniaturización de los folículos pilosos, la pérdida de cabello y en algunos casos, promueve el crecimiento de nuevo cabello.
Dutasteride y finasterida. ¿Cómo influye la genética?
Antes de abordar la parte genética, es importante mencionar que existen dos tipos de la enzima 5-alfa-reductasa: tipo 1 y tipo 2. Estas enzimas son codificadas por los genes SRD5A1 y SRD5A2, respectivamente.
Las variantes en los genes SRD5A1 y SRD5A2 influyen en cómo se convierte la testosterona en dihidrotestosterona (DHT). Una alta conversión de testosterona a DHT puede indicar la necesidad de utilizar fármacos que inhiban la acción de estas enzimas.
La elección del fármaco adecuado depende de qué gen posee la variante ya que la diferencia principal entre el dutasteride y la finasterida radica en la enzima que inhibe. Dutasteride es un inhibidor de ambas enzimas 5-alfa-reductasa, tipo 1 y tipo 2, mientras que finasterida únicamente inhibe la enzima 5-alfa-reductasa tipo 2.
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