Como no podría ser de otra forma, existen numerosos elementos involucrados en la “interpretación” de nuestro código genético. Entre ellos nos encontramos los codones, elementos fundamentales para la traducción genética.
¿Qué es la traducción del ADN?
Es cierto que el ADN es la base de la vida, pero el ADN por si solo no nos permite vivir. Es necesario que nuestro organismo sea capaz de leerlo y llevar a cabo una serie de procesos para que dicha información sea funcional en nuestro organismo y podamos vivir.
Los elementos funcionales de nuestro organismo son las proteínas. Gracias a ellas podríamos decir que nuestro organismo está activo ya que son las encargadas de degradar la comida, de dar estructura, firmeza y elasticidad a la piel…
¿Y cómo “obtenemos” esas proteínas a partir de nuestro ADN? Gracias a la traducción genética. Este proceso celular se encarga de leer las “letras” (técnicamente conocidas como nucleótidos) de nuestro ADN y sintetizar la proteína que está codificada por dichas letras.
Las proteínas están formadas por aminoácidos, por lo que una proteína realmente es un conjunto de aminoácidos con una estructura determinada. El kit de la cuestión es cómo nuestro ADN codifica cada aminoácido y aquí es donde entran en juego los codones.
¿Qué es un codón?
El ADN pasa a ARN (transcripción) para poder ser leído por nuestro organismo y obtener las proteínas (traducción).
Para simplificar un poco el proceso, podríamos decir que la información genética está almacenada por segmentos de 3 nucleótidos (tripletes). Dependiendo del orden de esos 3 nucleótidos significará una cosa u otra, es decir, almacenará la información para un aminoácido u otro.
A la secuencia de esos 3 nucleótidos es lo que se conoce como codón y forma una unidad de información genómica que codifica para un aminoácido determinado. Hay 61 codones que especifican aminoácidos y 3 codones que se utilizan como señales de parada de lectura y por tanto como fin de la proteína.
¿Por qué las variaciones genéticas alteran las proteínas?
Ahora que sabemos cómo pasamos de ADN a proteínas, es lógico pensar que cambios en la secuencia del ADN pueden afectar a las proteínas que se originan en el proceso de traducción.
Si nuestra maquinaria celular identifica el codón AGA en vez de AAA, el aminoácido que ocupará ese lugar será arginina (Arg) en vez de lisina (Lys), modificando así la secuencia de la proteína.
Es por ello que existe redundancia en el código genético. Es decir, varios codones codifican para el mismo aminoácido. El motivo no es otro que intentar reducir el número de alteraciones en la secuencia proteica causadas por estas variaciones genéticas ya que tienen un impacto en nuestro organismo y en nuestras predisposiciones genéticas a distintos rasgos y enfermedades.
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