Los haplogrupos son una sección importante dentro del reporte de ancestría, para hacernos una idea de qué son, podemos imaginarlos como las ramas del árbol genealógico del Homo sapiens, de manera que cada haplogrupo incluye a personas con perfiles genéticos similares que comparten un antepasado común.
El largo viaje del ser humano
Hoy día, el ser humano ocupa prácticamente todo el planeta, pero originariamente esto no fue así, el Homo sapiens tuvo su origen en África, y fue extendiéndose poco a poco por todo el planeta. Los haplogrupos nos indican cómo se han desplazado los grupos demográficos en el planeta. Es como el rastro que han ido dejando a su paso los diferentes grupos demográficos de Homo sapiens en su largo camino colonizador. Los haplogrupos más antiguos son más grandes y se encuentran más dispersos, de ellos descienden numerosos subgrupos más centrados en ciertas regiones.
¿Cómo se analizan los haplogrupos?
Para determinar un haplogrupo se deben analizar los SNPs o polimorfismos pertinentes, por un lado en el ADN mitocondrial y por otro en el cromosoma Y. A partir de estos análisis es posible confirmar la pertenencia de una persona a un determinado haplogrupo, así como rastrear las ramificaciones de los haplogrupos y sus respectivos subgrupos hasta nuestro origen africano y descubrir los movimientos migratorios de nuestros antepasados primitivos. Si bien los haplogrupos no tienen un papel relevante desde el punto de vista genealógico (los más recientes son de unos mil años atrás), resultan interesantes desde el punto de vista antropológico e histórico (antigüedad y prehistoria).
El padre originario o Adán del cromosoma Y
Un linaje paternal o haplogrupo del cromosoma Y incluye a varones que comparten un ancestro común únicamente por la línea paterna. El cromosoma Y se transmite siempre de padre a hijo, por tanto las mujeres no tendrán este haplogrupo.
El llamado Adán del cromosoma Y, no es el padre originario de todos los seres humanos, pero se trata del último varón emparentado con todos los varones a lo largo de una línea de descendientes exclusivamente masculinos. Según estimaciones recientes, este hombre vivió en África hace unos 60.000 ó 90.000 años. Transmitió su cromosoma Y, pero en cada generación se han ido produciendo mutaciones, lo que ha ido modificando el perfil. De ahí surguieron los haplogrupos, cada uno con su respectivo y único padre fundador, es decir, el primer hombre en ser portador de esa mutación. Con el tiempo, el árbol genealógico de los genes se vuelve cada vez más grande y complejo. Constantemente aparecen nuevos SNPs, que a su vez definen nuevos subgrupos.
La madre originaria o Eva mitocondrial
Un linaje maternal o haplogrupo del ADN mitocondrial, incluye a mujeres y varones que comparten un ancestro común por la línea materna. El ADN mitocondrial lo transmite siempre la madre a todos sus hijos (hembras y varones).
La Eva mitocondrial es la mujer que ha transmitido su ADN mitocondrial a todos los seres humanos. Ella es, por así decir, la madre originaria de todos los seres humanos. Vivió hace unos 175.000 años, también en África.
Además de la Eva mitoncondrial, existen numerosas madres originarias descendientes de Eva. Éstas dan origen a un haplogrupo al ser las primeras en portar la mutación correspondiente.
Y ahora que ya sabes qué son los haplogrupos, ¿no estás deseando conocer los tuyos? Hazte nuestra prueba de ADN de origen, entra en Ancestría y descubre la ruta de tus antecesores primitivos.