La etnia sarda es nativa de la mediterránea isla italiana de Cerdeña. Los sardos mantienen un ADN muy poco modificado desde el paleolítico. Esto quiere decir que su información genética ha permanecido casi invariable desde los primeros pobladores en la isla, hace más de 12.000 años debido al aislamiento geográfico.
Por otra parte, es bastante probable el parentesco entre sardos y vascos, ya que se ha encontrado similitudes en el cromosoma Y que lo demuestra.
En la isla de Cerdeña se habla italiano y una lengua propia, el sardo. Aunque cada vez está más en desuso, (la UNESCO lo califica como lengua en “grave peligro de extinción”) se reconoce su oficialidad en las leyes italianas.
Algunos autores consideran que el protosardo y el protoeuskera tendrían la misma raíz común. Otros expertos afirman que tendría más similitud con el extinto etrusco. Sea como fuere, primero los fenicios, luego los cartagineses y por último los romanos, remodelaron el idioma y la cultura. Sobre todo estos últimos influyeron notablemente, ya que el sardo se considera la lengua romance más próxima al latín que ha llegado hasta nuestros días.
La sarda es una de las etnias más longevas. Sus integrantes poseen una esperanza de vida media de 81,9 años. Debido a esto, tienen una proporción de personas centenarias sensiblemente más alta que la media mundial.
Cabe reseñar también que la comunidad sarda tiene una alta predisposición a ciertas condiciones genéticas como son la baja estatura, la talasemia, la diabetes tipo I y la celiaquía.
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